lunes, 19 de diciembre de 2011



Esto ya lo puse en el blog, pero me parece bueno volver a subirlo en un día como hoy, a diez años de aquel diciembre de 2001.

Metáfora del Titanic Argentina

En abril de 1912, realizando su primer viaje y tras cinco días de navegación, el trasatlántico Titanic -presentado como una maravilla de la época y con la pretensión, verdadera garantía, de hundimiento imposible- se fue al fondo del Atlántico en apenas tres horas, tras el choque con un iceberg. Como dijo una publicación de la época, la nave se inclinó lentamente hasta quedar recta y luego se fue a pique. El lujoso barco llevaba a bordo 2.224 personas, pero botes salvavidas -considerados innecesarios- para sólo la mitad de ellas. Por añadidura, la evacuación fue tan desorganizada que muchos botes se lanzaron al mar antes de completar su capacidad. Por cierto, el navío llevaba pasajeros riquísimos e inmigrantes pobres, y aunque hubo muertos entre los primeros, fue entre los segundos donde se contó la mayor cantidad de ellos, en un final con la orquesta del salón de primera clase tocando sus melodías.    

En los años noventa, el menemismo le vendió a la sociedad argentina su Titanic, ahora  bajo  la forma de un pasaje al Primer Mundo,  a las nuevas maravillas de fin de un milenio y comienzos de otro. La apertura de la economía -una apertura a las importaciones, en rigor-, la desregulación y las privatizaciones de las empresas públicas y la ley de convertibilidad fueron presentadas como la garantía de no hundimiento. Como en el Titanic, en el naufragio argentino tampoco hay salvavidas para todos, pero en él, a diferencia de aquél, las mujeres y los niños no tienen la prioridad en las tareas de salvamento, ni el responsable de la nave se va a pique con ella.

Sinceramente no puedo creer cómo es que hay gente que piensa que hoy estamos peor que nunca, creo que simplemente es gente con mala memoria…
Creo que estos últimos dos gobiernos (el de Néstor y Cristina Kirchner) nos han logrado sacar de algo imposible, en especial el gobierno de Néstor… Desde el fondo del mar, este proyecto se cargó sobre sus espaldas al Titanic Argentina y lo elevó hasta la superficie y aún hoy sigue acercándolo a la costa para llegar a un puerto seguro.
Seguramente haya mucha gente que no piense como yo, pero creo que este gobierno nos devolvió la esperanza de creer en la democracia…
Pasamos del “que se vayan todos” a votar con el casi 54% al mismo proyecto por tercera vez, porque confiamos en él, porque no queremos que vuelvan aquellos que nos llevaron a la crisis del 2001.
Lo más importante para lograr llegar a buen puerto es NO OLVIDAR, no sólo no olvidar lo que pasó en el 2001 y sobretodo lo que nos llevó a que eso suceda, no olvidar el golpe militar, no olvidar los delitos de lesa humanidad no olvidar NADA… Recordar cada día que pasa cómo estábamos y cómo estamos… Porque un país que olvida, siempre cometerá los mismo errores.

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